¿POR QUÉ ES IMPORTANTE QUE, DESDE PEQUEÑOS, LE HABLEMOS A LOS NIÑOS SOBRE HÁBITOS ALIMENTARIOS?
Es
fundamental, no solamente hablarles, sino también y mucho más importante todavía
mostrarles ejemplos concretos de lo que
significa tener buenos hábitos alimentos. Recuerde que los hábitos alimentarios
se empiezan a formar desde los 3 años. Es falso que el niño que empieza a comer
a los 6 meses sienta predilección por uno u otro tipo de comida. El “rechazar
la comida” sacando la lengua es un reflejo natural que nada tiene que ver con
gusto o disgusto por un alimento. Recién a partir de los 3 años y en función
del ejemplo familiar, el niño empezará a construir sus propios hábitos
alimentarios: horario de comidas, ver televisión o no mientras come, el consumo
de frutas, verduras, el volumen de las comidas, el tipo de comida, la práctica de algún ejercicio, entre otras
cosas.
Es importante fijar en ellos, la idea de un horario de comida, lo cual
no significa necesariamente que vayan a hacer dicha comida; por ejemplo, es
importante el concepto de desayunar por la mañana, aunque la idea se vaya
construyendo con un bocado pequeño de pan, una fruta o un sorbo de leche.
Los
hábitos se empiezan a formar entre los 3 y 5 años de edad y tienen como
influencia principal a la familia, en primer lugar, el colegio y la publicidad
a su alrededor. Más adelante, durante el colegio se consolidan y se vuelven
parte de su vida; modificar lo que se cimentó durante la infancia, es
extremadamente difícil durante la vida adulta, aunque nunca imposible.
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