DHA y Desarrollo Cerebral
Por diversas razones, abordar temas
relacionados con la nutrición no siempre es una tarea sencilla. El internet ha puesto al alcance de todos, una
cantidad infinita de información que muchas veces está desprovista del sustento
científico necesario como para tomarla en cuenta. Por otro lado, es frecuente
que las personas se pregunten ¿por qué ahora debemos preocuparnos tanto en la
nutrición, si antes nadie hablaba de ello? ¿por qué necesito que mi hijo
consuma uno u otro nutriente, si cuando yo era niño la nutrición se limitaba a
“come tu sopa”? En realidad, nutrirse debería seguir siendo tan sencillo como
era antes; no obstante, el desarrollo del mundo y la competitividad asociada a
él, ha empujado nuestro cuerpo a realizar actividades cada vez más complejas y
a edades más tempranas; si no lo cree, revise la tarea de su niño de 4 años, y
comprobará, si es que no lo ha hecho ya, que mucho de lo que sabe hoy, nosotros
lo aprendimos siendo un poco mayores; lo que antes se aprendía en la
universidad, ahora se aprende desde la secundaria; lo que antes se aprendía en
la secundaria, ahora se aprende desde la primaria. Peor aún, la velocidad con
la que transcurre la vida hoy en día y el excesivo procesamiento de los
alimentos hace que la necesidad de preocuparse más en la nutrición sea una
tarea permanente.
La nutrición es fundamental para el desarrollo cerebral del niño, tanto en el vientre materno como en sus primeros años de vida. Las grasas ocupan un lugar expectante en este desarrollo, no en vano, casi la mitad del peso seco del cerebro lo constituye la grasa. El ácido docosahexaenoico o más conocido como DHA es uno de los principales tipos de grasa que se pueden encontrar en el cerebro y es una de las piezas claves de su desarrollo.
La nutrición es fundamental para el desarrollo cerebral del niño, tanto en el vientre materno como en sus primeros años de vida. Las grasas ocupan un lugar expectante en este desarrollo, no en vano, casi la mitad del peso seco del cerebro lo constituye la grasa. El ácido docosahexaenoico o más conocido como DHA es uno de los principales tipos de grasa que se pueden encontrar en el cerebro y es una de las piezas claves de su desarrollo.
El DHA dietario es un tipo de grasa que se encuentra principalmente en la parte oscura de los pescados y también en un maní llamado sacha inchi el cual es oriundo de Perú. El DHA es una grasa que suele ser considerada como esencial porque el cuerpo no es capaz producirla internamente en las cantidades que el cerebro necesita durante su periodo de máximo desarrollo (menores de 5 años) y debe ser consumida con regularidad a partir de la dieta con el objetivo de cubrir sus requerimientos diarios.
Los estudios desarrollados en los últimos 20 años han demostrado
que mientras mayor es la cantidad de DHA presente en el cerebro, algunos
aspectos cognitivos como el aprendizaje y la memoria, son más eficientes. La presencia del
DHA en el cerebro agiliza el procesamiento de la información de modo que la
respuesta frente a un problema suele ser más rápida y efectiva comparado con un
cerebro con un contenido menor de DHA. Por ejemplo, se
ha encontrado que niños de diferentes edades que han recibido cantidades
importantes de DHA en su alimentación responden más eficientemente cuando son
sometidos a pruebas que buscan evaluar su aprendizaje, su inteligencia, su
desarrollo psicomotor, su capacidad para resolver problemas o su capacidad para
adquirir un mejor vocabulario. Esto llevado a las actividades cotidianas equivale a
decir que en aquellos niños en los que se ha cubierto el requerimiento de DHA
y, además han recibido, estimulación oportuna puede aprender a leer y escribir
más rápido, ser más veloces en aritmética, comprender y resolver problemas
cotidianos con mayor facilidad, relacionarse mejor con su entorno y fruto de
esto ello, tener mejores oportunidades en todas las esferas de su vida, y por
supuesto, ser niños sumamente felices.
Según
la FAO, el consumo de DHA debería ser como mínimo de 0.150 g/dia (6), al menos durante
los primeros 6 años de vida, con el objetivo de contribuir a
un adecuado desarrollo cerebral. Ahora bien, el impacto positivo de asegurar un
aporte adecuado de DHA en la dieta del niño no solo se verá reflejado en su
infancia, por el contrario el impacto positivo de consumir las cantidades
necesarias de DHA se reflejará sustancialmente incluso durante su vida de
adulto. Los niños bien nutridos y con adecuada estimulación es más probable que
se convierten en adultos exitosos tanto en el ámbito laboral como en el ámbito profesional.
Desafortunadamente,
el pescado es la principal fuente alimentaria de DHA y cubrir sus
requerimientos a partir del consumo de esta carne es relativamente difícil, porque entre otras
cosas implicaría que la dieta se restringa al consumo diario casi exclusivo de
este tipo de alimento, lo cual iría en contra de la variedad que debe existir
en la alimentación del niño. Por esta razón, es necesario que la madre acuda al
especialista para sea él quien le indique las formas más apropiadas de garantizarle
al niño no solo un aporte apropiado de DHA sino de los otros nutrientes que su
cerebro necesita.
DECLARACIÓN DE PRINCIPIOSEn IIDENUT rechazamos rotundamente aquellas prácticas asociadas con el uso inapropiado de la información con fines comerciales. Nuestros estándares éticos nos impiden aceptar, difundir o parcializarnos subjetivamente con producto o práctica alguna que vaya en contra o distorsione la labor del nutricionista.
Una consulta, si existe un requerimiento diario de DHA para el niño y es difícil cubrirlo solo con el consumo de pescado u otro alimento, la alternativa obvia parece ser una ¿Fórmula?...sin embargo, digamos que hablamos de un niño de 1 año de edad, aunque no queramos no estaríamos propiciando el consumo de un producto comercial? y qué alternativas tendríamos si hablamos de las posibles alergias, pues todas las fórmulas comerciales contienen caseina (o en otras formas) es decir en realidad es como darle leche de vaca suplementada
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