¿Qué es la resistencia a la insulina y cómo manejarla nutricionalmente?
La
resistencia a la insulina es un problema común entre las personas que presentan
sobrepeso y obesidad. Su gravedad va de la mano con el exceso de grasa corporal
que presente el individuo: a más grasa corporal y por más tiempo, mayor gravedad.
Ahora bien, para entender su impacto en el organismo y qué deberíamos hacer
para manejarla, primero, es necesario entender qué es.
En la resistencia a la insulina la cerradura llamada receptor de insulina no obedece a la llave llamada insulina. La cerradura permanece cerrada. Esto genera que los nutrientes no puedan ingresar a la casa y se obligue al páncreas a producir más y más insulina. Debe notarse que los nutrientes que más estimulan la liberación de insulina son glucosa y fructosa. Al principio el páncreas no tendrá problemas, pero con el tiempo y en algunos casos más rápido que en otros, termina agotándose. En este momento aparece la diabetes mellitus.
La resistencia a la insulina es frecuente en las personas con sobrepeso u obesidad porque la grasa corporal bloquea la cerradura y es uno de los principales factores que contribuyen con la respuesta reducida del receptor de insulina frente a la presencia de la insulina. Este evento no solo es malo por el efecto de agotamiento que puede tener sobre el páncreas sino porque además puede ocasionar la predisposición a desarrollar enfermedades como hipertensión arterial, alteración de las grasas en sangre, hígado graso inflamatorio y cáncer. Su tratamiento puede ser largo e involucra dos pilares básicos, no únicos: reducir al máximo posible la sobreproducción de insulina y mejorar paralelamente la respuesta del receptor.
En principio, debe consultar con su nutricionista/nutriólogo (dependiendo de la denominación del país) para que lo ayude a perder peso de manera segura, es decir, evitando lo máximo posible que pierda masa muscular y estimulando la pérdida máxima de grasa corporal. Él evaluará, como mínimo, aspectos como la interacción entre los medicamentos que consume y los nutrientes, su ingesta de alimentos, su actividad física, la presencia de algún signo visible de deficiencia de nutrientes, su composición corporal y algunas pruebas de laboratorio. Con esta información no solo abordará el tema del peso, sino que tomará acción preventiva o correctiva sobre cualquier otra alteración que se pueda estar sumando.
En relación con su alimentación, aquí algunos
consejos prácticos.
Ø Incorpore
la mayor cantidad de productos integrales a su alimentación. Arroz, fideos o
pan integral son buenas opciones. La fibra reduce la absorción de carbohidratos
y por ende puede contribuir con la reducción en la liberación de insulina.
Ø Evite
el consumo de zumos, jugos u extractos de frutas o verduras. Estos alimentos
tienen cantidades variables de fructosa. Cuando los consumimos enteros, la fibra
de la cáscara contribuye con una absorción lenta y menor de fructuosa. El
licuado o pulverizado tritura y prácticamente desaparece esta ventaja de la
fibra.
Ø Evite
los productos que contengan edulcorantes. Aunque los edulcorantes proporcionan
dulzor y no aportan calorías, se ha demostrado que el sabor dulce puede contribuir
con la liberación de insulina.
Ø Mejore
el consumo de fuentes de calcio y la exposición al sol para estimular la
producción de vitamina D. Estos dos factores pueden ayudar a perder peso.
Ø Siempre
bajo supervisión, mejore su actividad física incorporando ejercicios variados
cuya intensidad se vaya incrementando sin poner en riesgo su estado de salud. El
ejercicio en general mejora significativamente la respuesta del receptor de
insulina.
Finalmente, es recomendable que las personas se sometan a una medición de la masa muscular y grasa al menos una vez al año para poder tener una referencia más clara de cuál es su estado nutricional en este aspecto. Por favor, recuerde que por cada gramo de grasa por encima de lo normal que existe en su cuerpo, se incrementan en la misma medida los riesgos de desarrollar diversas enfermedades.
Por Robinson
Cruz
**Robinson Cruz es director general del Instituto
IIDENUT. Cuenta con 20 años de experiencia como nutricionista clínico y
especialista en bioquímica aplicada a la nutrición. Es investigador y docente
invitado en los programas de nutrición de pre y posgrado de decenas de
universidades en 20 países de Iberoamérica. Más de medio millón de
profesionales siguen sus publicaciones en diversos medios digitales. En este
tiempo ha formado miles de profesionales de nutrición, ha publicado casi una
docena de libros y cientos de comunicaciones relacionadas, entre otras
actividades.
ADVERTENCIA. Las
respuestas o comentarios descritos en el presente blog no reemplazan a una
consulta nutricional. El especialista en temas de nutrición es el
nutricionista/nutriólogo/dietista-nutricionista (dependiendo de la denominación
del país. Si tuviera alguna duda, por favor, escríbenos a consultorios@iidenut.org
Excelente aclaración. Pensé que un jugo de frutas era provechoso, claro entiendo que es mejor comerlo que hacerlo zumo pues pierde esas ventajas de absorción en el organismo. ¿Comer algunas frutas con cascaras es ventajoso y aprovechable: digamos la manzana, la pera, etc?
ResponderEliminarComer las frutas enteras es adecuado para personas que presentan resistencia a la insulina. Una personas sin problemas de peso, con una actividad física moderada puede consumir jugos o zumos, sin embargo, la fruta entera siempre será mejor para aprovechar los beneficios de la fibra intacta.
EliminarExcelente información.
ResponderEliminargracias
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